JUAN MANUEL, SU CORCHO Y EL NUEVO ORIENTE MEDIO

Érase un tipo; llamémosle JuanManuel, por ejemplo; que pasaba una mala racha; quedó un día con unos chavales del barrio, a ver si se animaba, y jugueteando jugueteando acabó metiendose un corcho por el culo, le puede pasar a cualquiera.
Intento expulsarlo, pero el corcho atravesado había quedado enganchado. No paraba de darle vueltas en los entresijos: cada vez que andaba o se sentaba, el corcho jodiendo la parva le recordaba que ahí seguía. Harto de tener los bajos revueltos intentó sacar el corcho con los dedos, pero el corcho poco a poco se volvía más resbaladizo. Visto que no podía por si sólo con el dichoso corcho y los comentarios crecía por el barrio, decidió pedir ayuda. El médico salía por un pico y hablaba de cesárea; y el laxante le parecía cosa sucia: desalojar todo de golpe... al fin y al cabo sólo era un corcho de mierda... Así que JuanManuel decidió llamar a un amiguete; intentó éste, con manos más largas y algo más de maña, sacar al intruso. Pero el corcho ahí seguía, aún más resbaladizo y grande, de absorver tanta humedad. Con el esfínter como un clavel, JuanManuel estaba desesperado, y, renegando del laxante, se les ocurrió una idea genial: meter la botella por el culo hasta enganchar el corcho de mierda. Y dicho y hecho entre los dos manos a la obra se pusieron....