MEMORIAS DE UN RESENTIDO CONTRA SU MEMORIA

Vivir este, del sobrevivir a la muerte de cada instante, sujetando con el orgullo de un Atlas ridículo, el globo de humo de la memoria caprichosa.
Jubilado hundido por el peso del vacío que deja la ausencia de lo que fue, ya de principio, insuficiente; si el instante es poco, la memoria en él, casi nada. No es tan triste que el pasado sea irrepetible, como que ni siquiera haya capacidad de recordarlo, recrearlo de cabeza, en el presente; a lo más se recuerda el recuerdo: el rastro de la sensación del momento.
Luto por el pasado, que esta familia, nido de víboras, no tendrá la vergüenza de recordarte; unas lágrimas, de whisky en un vaso, un par de misas, un par de ramos, tu nombre y a lo más, si es bueno, el epitafio, que probablemente adecuemos a nuestro deseo usuario.
Ya lo dijo Machado, estelas en el mar... y demasiado de beber y de fumar, en eso no cayó Machado.